- En el caso de las mujeres, las historias cuentan cómo fueron atacadas a causa de su género y cómo sus resistencias sociales y políticas han recuperado el tejido social en las comunidades.
El mandato de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición incluye el enfoque de género, con el que se busca entender diferencialmente el impacto de la violencia del conflicto sobre las mujeres y la población lgbti.
En el caso de las mujeres, “dentro del marco del conflicto existen percepciones patriarcales que limitan y atacan a las mujeres por el hecho de ser mujeres, por ejemplo, condicionar el uso de la ropa, prohibir las horas de salida, decirles con quién deben involucrarse sentimentalmente y con quién no”, explica Jeannette Villegas D’Alleman, coordinadora de la Comisión en Arauca.
Las mujeres líderes fueron más atacadas
Sin embargo, además del control de la vida cotidiana y la violencia sobre los cuerpos, también hubo ataques a las mujeres que lideraban procesos sociales y políticos o tenían participación en ellos. “Los actores armados se centraron en amenazar a estas lideresas”, aclara Coll, “buena parte de las víctimas de desplazamiento forzado y sobre todo de violencias sexuales, de esas que se cometieron en público para generar terror, eran lideresas. Y una de las grandes intencionalidades de los actores armados era callarlas”, agrega.
En Casanare, Martha Suárez, líder de la Mesa Departamental de Víctimas, dice que “la participación en el escenario político es casi nula. Hay muchos municipios donde las mujeres no se atreven a participar por miedo a que los amenacen”.
Villegas añade que “hay unos conceptos y condiciones sobre el hecho de ser mujeres en el territorio: ser unas líderes, pero que no sean muy visibles; mantener unas condiciones de vida, pero sin romper esas normas de los grupos armados en los territorios. Muchas veces esas normas no se ven, son órdenes invisibles, pero que sabes que no puedes hacer algo. No es que los hombres no se hayan afectado, es que las mujeres tienen otras condiciones por el hecho de ser mujeres”,
Las mujeres reparan lo que la guerra rompe
“Los científicos sociales hablan de reconstruir el tejido social, es que las mujeres van tejiendo lo que la guerra va rompiendo, ellas van detrás volviendo a tejer”, explica Alejandra Coll. Las mujeres víctimas y lideresas han desarrollado redes y organizaciones de apoyo, resistencia y reclamación por las violaciones de derechos humanos de las que fueron víctimas.
“Es necesario que las mujeres estemos en colectivo porque es una forma de sanar las heridas que ha causado el conflicto armado y de compartir, de conectarnos. La colectividad ha permitido que las mujeres construyan, participen y visibilicen, con esa participación han podido construir procesos de paz y han sido claves para los procesos de diálogo en el territorio”, añadió Villegas D’Alleman.
“Los años que llevo trabajando los temas de conflicto armado, me impresiono cada vez más de las redes de apoyo y sororidad que crean las mujeres, ya que ellas saben que en su cuerpo y en su piel han vivido el conflicto armado y cuando conocen a otras que han pasado por la misma situación, en seguida las acogen. Yo tengo una teoría y es que si este país no se ha destruido del todo después de una guerra tan cruenta, de tan larga duración, es por la fuerza de estas mujeres que intentaron crear normalidad en medio de la anormalidad”, argumentó Alejandra Coll.
Además de incluir el enfoque de género transversalmente en sus procesos, la Comisión ha organizado una Mesa de Asesoría Técnica que, un espacio en el que convergen organizaciones de mujeres de todo el país para aportar sus visiones sobre cómo conseguir la verdad, qué temas priorizar, cómo acercarse a las víctimas y sobre las narrativas de la verdad. Ninguna Comisión de la Verdad en el mundo había tenido un espacio como este.