Una serie de inconvenientes de seguridad se vienen presentando en las instalaciones de los edificios de la gobernación de Casanare, como son el Centro Administrativo Central y el Emiro Sossa Pacheco, inconvenientes que no han trascendido a la opinión pública, pero que ponen en alto riesgo la seguridad del personal que labora en ellos.
El más reciente caso se dio la noche del pasado lunes dos de abril del 2018, en el Centro Administrativo Central, cuando en las horas de la tarde, se escondió en uno de los baños del sexto piso un hombre, sin que el personal de vigilancia se percatara de ello; el sujeto tuvo toda la noche y madrugada para merodear por las oficinas sin que a la fecha se sepa que estaba buscando; el individuo fue descubierto en la mañana del martes por el personal de servicios generales que ingresaron a hacerle aseo a las oficinas.
¿Quién es el individuo que amaneció en el edificio de la gobernación?, ¿qué buscaba allí?, ¿por qué el personal de vigilancia no se percató de la presencia de este sujeto en horas no laborales?, ¿hay cámaras de seguridad en el edificio?, ¿por qué nadie ha dicho nada del insuceso?, ¿el sujeto ya fue judicializado?.
Lo único que ha trascendido hasta ahora es que el personal de vigilancia del turno de la noche fue removido del servicio en este edificio, hasta que se aclare lo sucedido.
Es de anotar que el edificio del Centro Administrativo Central de la gobernación de Casanare, costo más de cuarenta y cinco mil millones de pesos, y el cual no funciona a plenitud, debido a los altos costos de mantenimiento que ello conlleva, e incluso, alternan el funcionamiento de los ascensores para ahorrar energía, y los ingresos electrónicos a dicho edificio sufren reiterativos problemas, lo que ocasiona que el ingreso de personal sea autorizado por el personal de vigilancia sin constatar quien o quienes ingresan, a donde se dirigen o si ya salieron.
Caso similar sucede con el edificio antiguo de la gobernación, en el cual funcionan las oficinas de Acuatodos, y el cual a su periferia no ofrece protección para el no acceso de personal ajeno al edificio, y por ende, en las noches pernoctan habitantes de calle, los cuales hacen sus necesidades fisiológicas allí, lo que le da una apariencia de edificio viejo, sucio y desocupado.
Se espera por parte de los encargados de la administración de estos dos edificios que se mejoren las condiciones de seguridad, que se busquen los recursos para el mantenimiento de las dos edificaciones, pero sobre todo, que se garantice la seguridad de los funcionarios que allí laboran.
