El Banco de la República, dio a conocer el boletín económico regional del primer trimestre del año 2018, el informe abarca la región de la Orinoquia (el Banrepública, lo denomina Suroriente), en donde se incluye a Casanare. Los resultados para el departamento no son muy halagadores, e infortunadamente, confirman la desaceleración económica en el departamento, explicada según el Banrepública, por la disminución en la producción petrolera, que conlleva, a poca inversión y poca demanda de personal.
Ahora bien, la economía de Suroriente registró variaciones anuales negativas en los créditos aprobados por Finagro, cuyo valor se redujo y dejó ver una notable merma frente a los avances observados desde inicios de 2016, básicamente por los menores recursos colocados en el Meta. De igual manera, se presentaron bajas en las licencias de construcción aprobadas debido al resultado de la vivienda, en las percepciones sobre crecimiento de las ventas en los Llanos Orientales, las cuales prosiguieron en terreno negativo, y en los despachos de cemento, que acentuaron un desempeño desfavorable en Casanare, pero mostraron una ligera alza en el Meta. El consumo de energía eléctrica evidenció un comportamiento negativo en el Meta, pero registró una evolución positiva en Casanare. Por su parte, las exportaciones sin incluir petróleo y sus derivados reportaron una cifra muy superior en el comparativo anual, que contrastó con la notoria baja de las importaciones.
En Casanare se contabilizaron operaciones crediticias por $91.257 millones, que representaron una expansión anual de 18,9%, variación que dio continuidad a la desaceleración señalada en el informe a diciembre del año anterior. Influyeron en lo corrido de 2018 los créditos concedidos como capital de trabajo para producción de arroz secano, cartera, inventarios y costos directos, y sostenimiento de ceba bovina, así como la inversión en infraestructura, compra de vientres bovinos, maquinaria y equipo para comercialización, siembra de cacao, adquisición de tractores y mantenimiento de cultivos de tardío rendimiento, junto con la normalización de cartera.
La demanda de energía en Casanare acumuló durante los tres meses evaluados un total de 78 millones de kW/h, con la cual reportó una evolución interanual positiva de 4,5% que contrastó con la variación contraria que se dio en el periodo equivalente de la pasada vigencia. Con excepción de los consumos del sector oficial y el grupo “otros”, que se redujeron en términos anuales, los demás segmentos ensancharon su demanda, liderados por el sector residencial, que representó más de la mitad del total, junto con el comercial, que facturó 1,9% más que en el primer trimestre de un año atrás, y el mercado no regulado, que exhibió un elevado crecimiento.
El suministro de gas en Casanare durante el primer trimestre de 2018 observó un aumento anual de 14,0%, al totalizar 4.087 miles de m3 , comportamiento que
vislumbró una aceleración frente al dato ligeramente positivo revelado en igual lapso del año precedente, debido al crecimiento de los renglones de mayor representatividad: el residencial y el comercial, que evidenciaron alzas superiores al 20%; en cambio, el de uso vehicular se redujo 9,9%, y el industrial, de escaso aporte, disminuyó 41,5%.
Casanare reportó un aumento anual de 27,4% en el licenciamiento, al contabilizar durante el trimestre de estudio 16.440 m2, de los cuales 69,3% se orientaron hacia vivienda, y el resto básicamente a social recreacional y oficinas. A su vez, en Yopal el área aprobada aumentó 11,9%, aunque el mayor impulso se dio en Tauramena que redondeó los 3.000 m2, cuando un año atrás no se produjeron solicitudes para construir.
El comportamiento desfavorable de los despachos de cemento gris en la región se acentuó en Casanare, con una disminución de 23,9% que aun cuando lució menos acentuada que el trimestre anterior, conservó la tendencia negativa que viene desde el segundo trimestre de 2016 (Cuadro 6). Cabe señalar, que los despachos se canalizaron en su mayoría hacia el canal de comercialización (almacenes especializados, mayoristas y ferreterías), seguido muy distante por los segmentos de constructores y contratistas, y concreteras.
Con relación al transporte aéreo, el aeropuerto de Yopal, movilizó en el periodo de estudio 80.665 pasajeros, y 480,64 toneladas, siendo, una de las más bajas de la región.