A sentencia anticipada se acogió Luis Eberto Díaz Molano, alias el Compadre o el Tocayo, quien aceptó haber servido como un enlace entre los paramilitares de Boyacá y la Fuerza Pública en el año 2003, elaborando las listas de presuntos delincuentes que posteriormente fueron víctimas de las llamadas operaciones de ‘limpieza social’ que ejecutaban los integrantes de los grupos armados al margen de la ley.
Fue así como en enero de ese año integrantes de las Autodefensas Campesinas del Casanare, junto a otros miembros de ese grupo armado ilegal, interceptaron un vehículo de transporte público que se desplazaba por una vía de Boyacá hacia Bogotá. La intención de los sujetos era verificar las identidades de los ocupantes del automotor.
En la zona conocida como Ventorillo, en la vereda Huerta Grande (Boyacá), donde los paramilitares habían obligado a estacionar el carro, con fusil en mano los ilegales obligaron a descender al conductor del bus y su ayudante; Pedro Elías Pulido y Teodulfo Ibáñez Callejas, respectivamente, a quienes señalaron como responsables del hurto de ganado en la región.
Esa razón les bastó a los paramilitares para ultimar a estas dos personas con disparos de gracia a escasos 20 metros del bus, en presencia de los pasajeros.
Estos hechos motivaron a la Fiscalía a imputar a Díaz Molano como autor mediato de los hechos el delito de homicidio agravado en concurso con concierto para delinquir.
De esta manera, el implicado fue condenado a 30 años y 7 meses de prisión por un juzgado penal del circuito de Tunja (Boyacá).