La capital del departamento de Casanare, viene atravesando una serie de problemas de orden social y de seguridad que ya tiene a sus habitantes con altos grados de preocupación, y de empezar a sentir que poco o nada se hace para garantizar su tranquilidad. El problema del microtráfico se esta desbordando en la ciudad, al punto de que ya las bandas delincuenciales se tienen dividido el territorio, e inclusive, ya se están viviendo las mal llamadas fronteras invisibles.
Son los casos de las comunas 1, 2, 5 y 6, en las cuales hay sitios vedados hasta para la fuerza pública, allí los parques son utilizados como zonas de venta de drogas ilegales, como por ejemplo, el parque La Estancia, el cual a pesar de tener un CAI, es “la olla” a cielo abierto más grande de la ciudad; en la comuna 2, hay barrios que en la noche se recomienda no transitarlos por que no se sabe como pueden salir de allí o si los dejan salir; en la 5 hay ya marcada la zona de frontera invisible, su división es la calle 40, es decir de la calle 40 hacía Morichal, es de dos bandos, y de la 40 hacia San Mateo y demás barrios son de otros dos bandos, y si se cruzan, se forman verdaderas guerras, como la ocurrida hace un par de semanas en el barrio El Nogal, en el cual se desató un batalla campal que casi acaba con dos casas.
De igual manera se ha venido presentando problemas en la recientemente creada comuna 6 de Yopal, allí han venido “satanizando” a la Ciudadela La Bendición, de ser un polvorín, pero no es el único sector que presenta este tipo de problemas, hay otros barrios de allá que se han convertido en “ollas” en las cuales hasta se consiguen armas de fuego por alquiler, e inclusive “aparecen” muchas de las cosas que se roban en el centro de la ciudad (celulares, bolsos, motos, entre otros).
Pero lo más preocupante de este flagelo, es que no se ven acciones contundentes de la fuerza pública contra estas organizaciones delincuenciales, escasamente hemos sido testigos de varios operativos en los que judicializan a consumidores, en su gran mayoría adolescentes que más parecen “zombis” deambulando por la ciudad buscando su dosis, pero no a los que distribuyen la droga que está acabando con nuestra juventud.
Otro factor preocupante es que Yopal pasó a ser una ciudad de consumidores de alucinógenos, a diario vemos como nuestros parques y canchas deportivas se han convertido en centros de consumo de sustancias peligrosas, sin que ni las comunidades o autoridades hagan algo para contrarrestarlo, parece que estuviéramos a merced del hampa, que las autoridades estuviesen más pendientes de restringir la libre circulación por las vías de la ciudad que a perseguir a los bandas criminales que están envenenando a nuestra juventud, tampoco se ven acciones tendientes a prevenir el consumo o garantizar ayuda a los consumidores, solo se esta pendiente de que se cumpla un Decreto que prohíbe el parrillero hombre en la ciudad a partir de las 11 de la noche, y a que no se transite en ningún tipo de vehículo por las calles continuas a bases militares o de policía.
Esperamos con ansías que en el tan cacareado consejo de seguridad que se realizará en Yopal el próximo 29 de enero con la presencia del ministro de defensa (el día del ataque a la fuerza aérea también vino, pero escasamente sacaron el Decreto de prohibición vehicular) las autoridades entreguen un detallado informe sobre neutralización de bandas de microtráfico, el decomiso y destrucción de grandes cantidades de cargamentos de droga ilícita, de capturas de expendedores, de expropiaciones por vía judicial de casas donde se expendan alucinógenos, de cuantos comparendos fueron impuestos por no cumplir el Decreto de movilidad de parrillero, de cuantos menores de edad fueron conducirlos al ICBF por estar en la calle a pesar de la restricción, pero especialmente que nos digan cuales van a ser las estrategias o políticas públicas que nos permitan recuperar a Yopal de la inseguridad, venta y consumo de alucinógenos, o ¿a que nos digan si tienen datos de cuánto dinero se mueve en Yopal por la venta y consumo de alucinógenos?, o ¿si nuestra economía se mueve de manera soterrada por el dinero del microtráfico?, ¿será mucho pedir?.