En estos momentos en que la comunidad enfrenta la pandemia del COVID-19, se puede comprometer la estabilidad emocional del individuo y su entorno, generando mayor riesgo de daños a la salud mental, crisis social o crisis institucional.
Casos aislados en los cuales algunas personas se han dejado llevar por el miedo e impulsos, ante la incertidumbre de los riesgos para su vida, han desencadenado en miedo, pánico, agresividad e irritabilidad, con una profunda sensación de soledad y dolor y alta capacidad de daño.
Por eso, es importante hacer un llamado personal y social a la serenidad y a la calma y que, por encima de todo riesgo, esté la vida, salud y honra de vecinos, amigos y habitantes de la región.
De acuerdo con el referente de Salud Mental y Convivencia Social de la Secretaría de Salud de Boyacá, Martín Orlando Barrera Cobos, el estigma aumenta el miedo y este, el pánico; por eso se debe evitar este contagio emocional, teniendo todos los días mejores medidas de cuidado de la salud mental y de autoprotección.
“Pensar en que ese que está contagiado pueda ser yo, y no quisiera que me señalaran, aislaran y aumentaran mi riesgo de complicación y/o muerte, sería un buen inicio; por ello, es importante mirar al otro desde nuestro corazón y no desde el miedo, eso reduce las distancias emocionales de unos con otros, el resentimiento y la probabilidad de perdida de una vida humana”, aseguró Barrera.
Agregó, que nadie está exento de contagiarse y eso implica una situación de incertidumbre, quedando como única salida la capacidad resiliente y la esperanza, dejando atrás emociones que generan ansiedad o preocupación y que solo reducen la capacidad para vincularnos positivamente con el otro.
“En ese sentido, el sentimiento prejuicioso nos está distanciando de nuestras emociones de solidaridad como humanidad y empieza a superarnos el miedo y a buscar algún culpable, señalando en el otro, algo que solo es mi responsabilidad, cuidarme”, indicó Martín.
Por esta razón, es necesario evitar el estigma porque es más dañino y cruel que la misma enfermedad. El estigma aumenta la posibilidad de que las personas no hablen de lo que les pasa y empiecen a esconder sus emociones y sus problemas, eso sería más peligroso para ellos y para todos los demás.
“Si esto sucede vamos a generar que quienes tengan síntomas empiecen a esconderlos, por miedo a lo que digan los demás y al señalamiento, entonces esto se convierte en un riesgo mayor, por eso, necesitamos de la solidaridad de todos para evitar el estigma y entender que es una situación que le puede pasar a cualquiera de nosotros”, aseguró el referente de Salud Mental.
Hay que hacer un mayor esfuerzo en facilitar que todos puedan hablar con confianza de lo que sienten y quieren, en esto, tan elemental, está la clave de la paz interior y la convivencia con los demás.
La Secretaría de Salud hace un llamado a recuperar la tolerancia en medio de la crisis, valor que influye sobre la forma de convivir en armonía con los demás y consigo mismo, demostrando aceptación ante circunstancias o individuos que difieren de las propias creencias e intereses.
Quien requiera orientación y apoyo psicológico, puede comunicarse con la Línea 106, que funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana.