Pensando que pedirle al niño Jesús para esta navidad, vinieron a mi cabeza una serie de cosas materiales como por ejemplo unas vacaciones al mar con mi familia, o un viaje a Europa entre otros, pero no me llenaban esos deseos, en un momento de relajación y recorrido por la ciudad de Yopal, aunado con lo que ha atravesado durante el año que se va, inmediatamente el deseo para pedirle al niño Jesús fue claro: que renuncien la alcaldesa encargada de Yopal Luz Marina Cardozo y el alcalde titular Jhon Jairo Torres.
El deseo es más que justo ante la debacle en la que ha caído nuestra capital, una ciudad sin Dios y sin Ley, prueba de ello es el aumento desmesurado de la delincuencia: raponazos, fleteos, asesinatos, robo a casas, robo de motos y de carros, aumento de ollas expendedoras de alucinógenos, aumento de prostíbulos en barrios residenciales, invasión del espacio público, entre otros, es tal el desorden de la ciudad que hasta los secretarios del gabinete municipal se enfrascan en sendas peleas bizantinas, a las cuales la alcaldesa muy poco interés demuestra en solucionarlas, al punto que ya hay tres repúblicas independientes al interior de la alcaldía, por un lado están la alcaldesa con la esposa del alcalde Torres y el jurídico, por el otro la secretaria de hacienda y por el otro los que están por contrato de prestación de servicios aliados del alcalde titular.
Una administración municipal que vive el día a día con la zozobra de que al alcalde titular de pronto lo dejen en libertad y tengan que salir despavoridos del palacio municipal; ese vivir al día a llevado a que Yopal no presente un solo proyecto a los OCADS, que el plan de desarrollo no se cumpla, que la población vulnerable no reciba la ayuda del municipio, que las licitaciones públicas sean escasas mientras que los convenios pululan como el arroz, convenios para alimentación escolar, para talleres sobre drogadicción, para hacer el plan de desarrollo, para mejorar la calidad de la educación, para que pongan en línea las bibliotecas, entre otros; la contratación directa se ha disparado de una manera exponencial, al punto que se hacen contratos de personal por menos de un millón de pesos para hacer actividades inocuas en ocho días.
Una administración municipal que se caracteriza por la improvisación hasta para hacer un bazar como el del fin de semana anterior, en el cual el común denominador fue el desorden y el maltrato a los artistas locales.
Lo que más me preocupa en torno al caos en el que se halla la ciudad Capital es la indiferencia tanto de la parte política como de los ciudadanos del común, que ven como la ciudad se atrasa en su desarrollo, mientras que los recursos del presupuesto se dilapida sin compasión, y no hacen nada, lo que los convierte en cómplices silenciosos de la administración.
Por esto y mucho más niño Jesús te pido de regalo la renuncia de la alcaldesa y del alcalde titular, ¿será mucho pedir?