Un agridulce balance dejaron las fiestas de Maní del pasado fin de semana, empezando por el descenso de turistas en especial del departamento de Casanare, ello debido a la crisis económica por la que atraviesa el departamento, a ello se suma la inseguridad que viene azotando al municipio de tiempo atrás y que en está ocasión se reflejó en el robo a viviendas en alrededor de 27 casos, la aparición de los llamados “rompevidrios” que ocasionaron cerca de 17 vehículos cuyos vidrios fueron rotos para robar pertenencias dejados en su interior.
De igual manera se denuncia por parte de los habitantes del municipio el incremento desmesurado de la venta y consumo de alucinógenos, en especial en población joven, sin que hasta el momento se hayan tomado por parte delas autoridades algún tipo de mediada para contrarrestar este flagelo.
Otro aspecto es la muerte de una persona y dos heridas en accidente de tránsito en la vía Maní-Aguazul, sumado a ello cabe mencionar que la obra de pavimentación de esta vía avanza lentamente e inclusive hay cerca de cinco kilómetros completamente destapados y en otro tramo a una sola capa de asfalto a pesar de que la obra ya lleva dos años de ejecución.
Finalmente el espectáculo de los juegos pirotécnicos es de destacar por la belleza y variedad, situación que no fue igual con los castillos de pólvora los cuales fueron muy sencillos y poco vistosos, a lo que varios asistentes manifestaban que “definitivamente la crisis económica del departamento están afectando las fiestas municipales”, pero en el caso de Maní no se sabe cuánto costaron, ya que el contrato no está publicado en la página del Secop.