Un verdadero apetito por puestos de toda índole vienen padeciendo los integrantes del partido político Centro Democrático en Casanare, a los ya ganados cargos por elección popular del gobernador del departamento, siete alcaldes, un diputado, 16 concejales, una senadora y un representante a la Cámara, se suma ahora los cargos directivos de las entidades descentralizadas con presencia en el departamento.
Direcciones como la del Invías, con Arcenio Sandoval, ahora van por la del ICBF, la Defensoría del Pueblo Regional Casanare, se la dejaron al partido de la U, por haber entrado al gobierno, van por la administración del aeropuerto de Yopal, ya tienen cuotas en la junta directiva de la Cámara de Comercio de Casanare, e inclusive, quieren “tumbar” al presidente ejecutivo de la misma para que se nombre uno de la corriente de gobierno, quieren la cabeza del rector de Unitrópico, para nombrar uno de la línea del uribismo, también andan tras la cabeza de la directora del Sena; es tanto el apetito por puestos, que van por la de organizaciones sociales, caso del Consejo Departamental de Planeación, para que se nombre a un excandidato quemado a la Asamblea del partido de gobierno (será como premio de consolación).
Caso similar se vivió en las elecciones de los alcaldes a los Ocads, y el consejo directivo de Corporinoquia, para los cuales sólo se eligieron a los mandatarios del Centro Democrático (en su gran mayoría).
Las preguntas sobre este inusitado “apetito” por cargos, son: ¿si las cabezas visibles del Centro Democrático en Casanare (gobernador, senadora y representante) son los que están detrás de este banquete?, o ¿son los mandos medios?, o ¿los directivos del partido en el departamento?, finalmente, ¿será que en las elecciones de las juntas de acción comunal del próximo mes de abril, también tienen que elegir a los militantes del Centro Democrático?, con la excusa de que así sí el gobierno departamental les puede ayudar.
Esperemos que no sea así o de lo contrario a los que no somos del partido de gobierno, nos tocará escondernos o irnos para otros lados, y esperar las próximas elecciones regionales, que con lo que está viviendo el uribismo a nivel nacional, especialmente con la baja popularidad del presidente Duque, y los recientes escándalos de compra de votos por parte de narcotraficantes a favor del presidente, con el apoyo de una exasesora del senador Uribe, van perdiendo vigencia en el país.
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