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Casanare es un departamento susceptible de inundaciones de acuerdo al IGAC

Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de las 114 millones de hectáreas con las que cuenta el país, el 24,4% presenta algún tipo de susceptibilidad o amenaza (ver recuadro 1); es decir que 27,8 millones de hectáreas tienen suelos característicos para presentar fenómenos de remoción en masa, inundaciones o actividad sísmica y volcánica.

Dentro de este paquete, el 2,5% corresponde a suelos susceptibles a las inundaciones, los cuales abarcan un total de 2,9 millones de hectáreas. Según Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC, estos terrenos deben estar bajo la lupa de las autoridades encargadas de la prevención del riesgo, ya que debido a la temporada de lluvias y las altas probabilidades de que se presente el Fenómeno de la Niña a finales del segundo semestre en el país, “los hace aún más susceptibles a presentar trágicas inundaciones, lo que conlleva a pérdidas materiales, económicas y de vidas humanas”.

“Los suelos susceptibles a inundación están ubicados en las cuencas media y baja de los principales afluentes del país, especialmente en áreas localizadas en el paisaje de planicie, la región Caribe y los valles interandinos de los ríos Cauca, Magdalena, Sinú, San Jorge, Bogotá, entre otros. Además de ser vulnerables a padecer de desbordamientos, también se pueden desencadenar derrumbes y remociones en masa, como la tragedia presentada hace un año en el municipio de Salgar, que le arrebató la vida a 78 personas”, apuntó Nieto Escalante.

El IGAC indicó que 24 departamentos del territorio deben prender las alarmas por contar con este tipo de suelos inundables en algunos de sus territorios: Antioquia, Atlántico, Arauca, Bolívar, Boyacá, Caldas, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Santander, Sucre, Tolima, Valle del Cauca y Vichada.

“Además de ser vulnerables a las inundaciones, algunas zonas cercanas a los cuerpos de agua cuentan con otro atenuante: son terrenos donde se ha asentado la población más vulnerable, lo que aumenta el riesgo al desastre. Estos terrenos no son aptos para el uso habitacional, razón por cual las autoridades deben prender las alarmas y advertir a las personas que allí habitan sobre las consecuencias que podrían padecer en la actual temporada de lluvias”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC.

Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, a la fecha se han registrado 391 eventos en el país relacionados con el invierno: 156 inundaciones, 107 deslizamientos, 92 vendavales, 22 crecientes súbitas, 4 tormentas eléctricas, 5 avalanchas, 3 avenidas torrenciales y 2 granizadas; el saldo de personas fallecidas es de 21.

Orinoquia y Amazonia

En Meta, este panorama se da en la zona noroccidental del departamento, por el paso de los ríos Upía, Humea, Guacavía, Guatiquía, Metica, Ariari, Guayabero, Losada y Guape; y en Caquetá en pocos sitios de la zona norte, en límites con Huila.

En Arauca, se pueden inundar los valles de los ríos Cravo Norte y Lipa y el Caño Negro. Casanare cuenta con suelos susceptibles a inundación en las inmediaciones de los ríos Upía y Túa en el suroccidente, y algunas zonas de los ríos Cusiana, Guachiría, Ariporo y Meta.

A pesar de que la Amazonia cuenta con grandes ríos, sus suelos no son tan vulnerables a padecer de inundaciones. Caquetá alberga algunos puntos en los valles de los ríos Pato, Caguán y Yarí.

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