Una maravilla natural en plena cordillera oriental, Rigoberto Borges y Jay Jay, jugaban desde niños en este mágico lugar, cercano al casco urbano de Tauramena, Casanare, a una hora de Yopal vía terrestre. Allí, tenían la oportunidad de bañarse y disfrutar momentos que quedaron en su memoria y la de sus familias para siempre.
A partir de esa experiencia y observando como el sitio se iba volviendo conocido por ciclistas y algunos curiosos que llegaban al lugar, decidieron darle forma en la actualidad a un proyecto turístico que poco a poco se ha ido convirtiendo en referente de Casanare. En este punto natural, encontramos variedad de animales, bosque, sendero ecológico, agua pura, naturaleza total, alejada de cualquier rastro del devastador paso del hombre.
Hace aproximadamente cinco años organizaron su idea de negocio, con la que ofrecen diferentes servicios a turistas que llegan a la cascada por comentarios de sus amigos o las imágenes majestuosas que observan desde las redes sociales. Ocho personas, integrantes de la misma familia, dependen económicamente del lugar, por lo que organizar roles fue uno de los puntos más complejos. Papá, mamá y seis hermanos.
Si usted, amigo lector, tiene la oportunidad de visitar Casanare y más específicamente, Tauramena, no debe dejar pasar la oportunidad de bañarse en las aguas de El Sambo, conocer las leyendas que la rodea, tomarse una buena foto con el paisaje de fondo, y sobre todo, salir a decirle al mundo que ha vivido una experiencia directamente en medio de un verdadero paraíso llanero.
