Prometiéndoles oportunidades laborales, alias Rosa venía reclutando jóvenes colombianas y venezolanas, a través de contactos vía WhatsApp.
La mujer, una especie de ‘madame’, aprobaba a las mujeres y coordinaba su traslado a un sector conocido como Tres Esquinas o las Muñecas, en Yopal (Casanare).
Al llegar, las mujeres eran recibidas y alojadas, para luego informarles que tenían una deuda de 250.000 mil pesos (por el transporte) y que, para pagar debían acceder a prestar servicios sexuales en este lugar.
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