La tradicional celebración del día del campesino pasó sin pena ni gloria en Casanare, la fecha fue establecida para el primer domingo del mes de junio, según el decreto 135 del 2 de febrero de 1965, firmado durante el gobierno de Guillermo León Valencia. Sin embargo, en varios municipios y ciudades del país esta celebración se extiende a todo junio e incluso, a otros meses del año.
En Casanare, se viene hablando de la recuperación del campo por medio de alianzas productivas; cultivos de piña, plátano, yuca, palma y arroz, entre otros, de igual manera, se han realizado ferias campesinas para que los cultivadores saquen y den a conocer sus productos, pero el día de su celebración, nada se hizo.
Esta fecha se convierte en un momento histórico para fortalecer la identidad de los campesinos reconociendo a la vez, sus ricas prácticas culturales y su sabia relación con la naturaleza. Son las manos fuertes y ásperas de los trabajadores de la tierra las que delatan lo dispendioso de las labores del campo.
Producto de estas manos son los alimentos que llegan a la mesa diariamente, y a pesar de esta labor, imprescindible para la subsistencia de la humanidad, hoy en día, se desconoce el valor de los campesinos y de su trabajo no solo para la despensa de alimentos del país si no como base de la tradición y del carácter de los colombianos.