La pandemia de la covid-19 no ha sido el único mal que tiene sometido al departamento de Casanare, durante este año, hay otra dolencia que esta haciendo estragos en la sociedad del departamento, afectando la reactivación económica, en sus diferentes sectores, incluyendo el de turismo de naturaleza, dicho mal es la constante incomunicación por vía terrestre desde y hacía Bogotá, desde Casanare.
Empecemos por mencionar el martirio infame en que se ha convertido la ruta a Bogotá por el corredor vial de Villavicencio, allí la empresa Covioriente tiene instalados 4 peajes, es decir, cobran por transitar por una vía que en gran parte del recorrido es destapada, ósea, primero cobran luego arregla, sobre este eje vial se supone se realiza la construcción de la doble calzada desde la capital del Meta hasta Yopal, pero infortunadamente un recorrido que se hacía en 5 horas se duplicó a 10 o más, dependiendo de varias variables, entre ellas que no esté lloviendo, ya que el tiempo aumenta por la escasa visibilidad; que los paleteros (personas encargadas de dar vía en los puntos donde se da paso en un solo carril) se pongan de acuerdo a la hora de dar el paso, ya se registran varios casos en los cuales por falta de coordinación se han presentado incidentes en la vía ya que por ser un solo carril se han encontrado de frente varios vehículos, afortunadamente no se ha presentado una tragedia, por cierto que irresponsabilidad de parte de varios de esos trabajadores, los cuales dejen los carteles de “pare” instalados pero desde otros puntos con linternas fluorescentes de color verde hacen señales a los conductores para que pasen.
Aunado a lo anterior, se suma la falta de señalización en la obra, especialmente de noche, las obras no avanzan, hay puntos (cerca de 15) en los cuales la espera es de 1 hora para que den paso ya que las obras sobre la vía abarcan 3 kilómetros, en los cuales hay paso a un solo carril; sumado a que varios integrantes de la policía de carreteras están haciendo su “agosto” ya que como las sombras salen de sitios inesperados con máquinas caza infractores de tránsito, que salen a parar a vehículos con la acusación de que hicieron sobre paso en sitio prohibido y que por ende se hacen acreedores a un comparendo para ser cancelado en Cáqueza, pero si quieren evitar esos trámites pues ellos les colaboran si se les da algún “apoyo”, sería interesante saber los números de las ordenes de la policía para hacer esos “retenes”, cuanto comparendos imponen, porque no señalizan el “puesto de control”, porque se ubican en curvas peligrosas para esos “retenes”, entre otras.
La otra vía que ya lleva décadas atormentando a los casanareños es la del Cusiana, allí hay varios puntos críticos que impiden el normal paso vehicular, el sito conocido como PR 78 cerca a Curisí, allí constantemente hay deslizamiento de lodo y tierra que obligan a cerrar la vía por varias horas, en sector se desplomó el puente que se había construido antes de ser inaugurado, desde entonces es normal apreciar a lugareños con pala en mano y bolsa en otra abrir paso e indicar a los conductores por donde pasar sin riesgo, y por ello son recompensados por los conductores agradecidos.
Ante esta crisis vial, sería urgente que la administración departamental, acompañado de las municipales, los congresistas y las fuerzas vivas de la región le solicitarán al gobierno nacional (ya que es un gobierno supuestamente amigo de Casanare) acciones urgentes que permitan desembotellar al departamento, que los supuestos 75 mil millones de pesos que le van a invertir a la vía del Cusiana, lo hagan de manera urgente, que se suspenda el cobro de los peajes en la vía Yopal-Villavicencio-Bogotá, ya que no es una vía de normal tránsito, no podemos pagar por algo que esta en mal estado, que terminen rápidamente la vía del Sisga y la de Labranzagrande, sólo de esta manera podemos empezar a hablar de una verdadera conectividad que permita generar desarrollo en el departamento.
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