Comunidades

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) presenta el balance de sus principales preocupaciones humanitarias en el país

El deterioro de las condiciones de seguridad en las zonas más remotas del país, la persistencia de al menos cinco conflictos armados internos, los casos de desaparición que se siguen presentando, y los riesgos que enfrentan los migrantes especialmente en zonas afectadas por el conflicto y la violencia armada en Colombia marcan el complejo contexto humanitario en el país.

Durante la presentación del balance anual «Retos Humanitarios 2019», Christoph Harnisch, jefe de la Delegación del CICR en Colombia, manifestó su preocupación ante la realidad que se vive en extensas áreas del país.

«La situación es ahora más compleja que en el momento de la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP. Varios departamentos del país han experimentado un claro deterioro de la situación humanitaria, a lo que se unen las dinámicas conflictivas en las fronteras y la extrema vulnerabilidad de los migrantes que llegan a Colombia», indicó.

En la costa pacífica y en amplias zonas del oriente y sur del país, la ausencia de una respuesta estatal a las necesidades básicas de las comunidades, combinada con las persistentes violaciones al derecho internacional humanitario y otras normas humanitarias por parte de los actores armados, han afectado duramente las condiciones de vida y de seguridad de la población civil.

El CICR ha categorizado cinco conflictos armados de carácter no internacional en Colombia, y está estudiando otros casos. Según su actual clasificación jurídica, Colombia enfrenta varios conflictos armados entre el Estado y los siguientes Grupos Armados Organizados: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las antiguas estructuras del Bloque Oriental de las FARC-EP que no se acogieron al proceso de paz. Además, a lo largo de 2018 se incluyó en esta clasificación el conflicto entre el ELN y el EPL, que en los últimos meses ha afectado significativamente a la región de Catatumbo.

El año pasado la acción humanitaria del CICR benefició a cerca de 186.000 personas. La búsqueda de las personas desaparecidas y la oportuna respuesta a las necesidades de sus familiares sigue siendo una prioridad de la organización.

Para el jefe de la Delegación del CICR, preocupa especialmente la continuidad de la práctica de la desaparición: «Desde la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP hemos documentado un caso de desaparición en el marco de la violencia armada cada 4 días. Sin embargo, nuestras cifras no son representativas de la realidad del país, por lo que la cifra real será probablemente mayor». Harnisch agregó que es injustificable que «todos los actores armados del país sigan utilizando la desaparición para amedrentar y controlar territorios».

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