Tomar la decisión de contactar a Alias Antonio Medina, tener la convicción y la madurez periodística para entregarle a nuestros lectores la versión de quienes han hecho parte del conflicto durante años en nuestro País, entender y aceptar los riesgos que un equipo periodístico puede tener en un encuentro de esta magnitud, va más allá de lo que muchas personas pueden pensar o imaginarse.
Un encuentro, el resultado de un análisis previo, una preparación seria, sumada a la decisión de este equipo en asumir los riesgos, sobrellevar los miedos, las dudas, la zozobra y una serie de sensaciones nuevas que se viven al lado de una persona como él, un Jefe Guerrillero.
Salimos de nuestros hogares muy temprano; esta, no era una jornada laboral más. Nuestro recorrido fue de varias horas utilizando diferentes medios de transporte para cumplir a esta cita; finalmente, nos detuvimos en un sitio en el que ya se encontraba, muy puntual, Antonio, quien cumplió su palabra.
Así, frente a un platanal y a pocos metros de nosotros estaban él, su esposa, sus hombres, sus armas, una pequeña mesa, varias sillas y una brisa que nos calmaba quizás los nervios, quizás la zozobra. Sin embargo, en medio de este paisaje y contraste de emociones estaba la oportunidad para conocer a un hombre que en medio de todo, también forma parte de las miles de víctimas que ha dejado el conflicto armado en el País.
Iniciamos estrechando nuestras manos y con una sonrisa nos saludó; saludamos a cada uno de los hombres y mujeres que lo acompañaban y con un encuentro de miradas estaba la expectativa porque lo que iba a suceder en los próximos minutos iba a ser distinto pues así se evidenciaba en su mirada y, en lo corrido de la conversación, en cada frase que expresábamos.
Al paso de los minutos la confianza fue generando resultados y nosotros nos sentíamos menos observados por su grupo de seguridad; fue allí donde empezó a mostrar su esencia como ese ser humano que aún está, con su amabilidad, sus añoranzas, su objetivo de lucha, respondiendo con firmeza, sin bajar el rostro y con la mirada fija y palabras atentas a responder cada una de nuestras inquietudes.
Alias Antonio Medina, Jefe del Frente 28 de las Farc en Casanare, es natural del departamento de Boyacá, su nombre de pila es Omar Pardo Galeano, tiene 46 años y un hijo. Desde muy pequeño ha hecho parte de la guerrilla; en sus ojos se reflejaba que nada ha sido fácil en estas organizaciones armadas, eso nos lo demuestra con cada palabra con la que recuerda este conflicto.
Ha estado preso por muchos años, ha asesinado, ha extorsionado y ha secuestrado, hizo parte de cientos de enfrentamientos con la Fuerza Pública y acepta que las Farc se equivocaron con los acuerdos de Paz con el Gobierno Nacional, razón que los llevó a rearmarse y a volver con un nuevo capítulo para la historia de Casanare.
Desde mañana ustedes tendrán la oportunidad de escucharlo, de analizar cada una de las respuestas en temas como el pago de impuestos, el secuestro, la extorsión, la política, el medio ambiente, el proceso electoral que se avecina, entre otros temas muy importantes.
Así, en medio de este trabajo periodístico usted podrá conocer la otra versión de los actores del conflicto que cargan consigo la muerte de cientos de personas en Casanare, que son odiados por muchos, objetivo de otros y una nueva realidad.
Usted tendrá los argumentos de estos actores y conocerá cómo es su historia tras la firma de los acuerdos de paz.
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