FAMILIA DE JOVENCITO DE 14 AÑOS RECLAMA EXPLICACIONES POR SU MUERTE. EL NIÑO FUE SACADO DE SU CASA EN TAURAMENA Y UN MES DESPUÉS FUE DEVUELTO SIN VIDA POR FUNCIONARIOS DEL BIENESTAR FAMILIAR.
A un caso de presunta negligencia institucional, que involucra a varias entidades entre ellas el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF de Casanare, atribuyen familiares de Jeison Valderrama Malpica, un joven de 14 años que murió luego de un mes de permanecer en el Hospital Regional de la Orinoquia – HORO.
“Me parecía oír a mi chinito, me parecía sentirlo ahí… me ha dado muy duro desde que me quitaron a mi niño, he sufrido mucho”, dijo Tilia Rincón de Sánchez una mujer 78 años, madre de 13 hijos y quien cuidó de Jeison, durante más de 11 años.
Esta madre de corazón, hoy sufre y llora la pérdida del niño, quien fue su compañía y amó tanto como a sus propios hijos e hijas; pues Jeison murió el pasado domingo 25 de febrero en Yopal y fue sepultado el lunes en Tauramena, sin poder darle un último adiós.
Ella vive en el Vichada donde convivió con Jeison muchos años desde que la abuela materna se lo entregó; incluso ella lo registró con los apellidos de la mamá, quien es de una comunidad indígena.
El joven vivía en Tauramena donde todo era felicidad y tranquilidad, hasta el 18 de enero pasado, cuando hacia el mediodía, a la vivienda en el Barrio El Bosque, llegó una comisión de policía, bomberos y funcionarios de la Comisaria de Familia de Tauramena, quienes se llevaron a Jeison, para nunca más volverlo a regresar.
Ese día Jeison se encontraba sin Tilia, quien viajó a Puerto López a ver a una hermana enferma.
El niño quedó al cuidado de doña Carmen, empleada de Belcy Sánchez, a cargo de cuidar de sus dos hijos y de Jeison, mientras ella trabajaba. Cuando llegaron todos los funcionarios Belcy se hizo presente de inmediato pero no pudo impedir que se llevaran a Jeison, con el argumento de que se encontraba en “estado de abandono”, lo cual desmienten Tilia y Belcy, quienes aun no entienden qué pasó.
Jeison fue remitido al hospital local de Tauramena, en donde fue valorado y según reporte médico; era un paciente con parálisis cerebral, se encontraba en condiciones aceptables, sin fiebre, sin otra anomalía y presentaba crisis convulsiva; fue remitido a las 7:10 de la noche al HORO, en donde fue recibido a las 10. Jeison estuvo bajo el acompañamiento de la sicóloga de la Comisaria de Familia de Tauramena.
Según Rocío Niño, subgerente de prestación de Servicios del HORO: “Jeison ingresó el 18 de enero, fue valorado por urgencias; tiene antecedentes porque tenía unas comorbilidades, parece que tenía una deficiencia motora y de ahí tenía derivado otras situaciones un síndrome de mala absorción y mala defunción con eventos convulsivos, fue ingresado porque traía infectadas las lesiones que traía en el cuerpo, porque lo tenían en la misma posición, entonces venÍa con esas ulceras infectadas y una desnutrición severa”.
Aunque fue valorado y se le hicieron los exámenes para la infección y curaciones, “no tuvo una buena evolución, se procedió a pasarlo a un procedimiento para poderlo alimentar y tampoco fue posible por sus deformidades… duró 15 días hospitalizado con cuidados paliativos, con alimentación, con tratamiento a la infección, tenía desnutrición severa, falleció el viernes en horas de la tarde. El grupo de especialistas hizo lo que a bien tenía por su estado clínico, pero no hubo buena evolución, el niño estaba bajo al cuidado de una tercera persona, porque quien cuidaba de él, al parecer tuvo que viajar y no estaba recibiendo los cuidados adecuados”.
Responde la familia
Aunque no eran familia de sangre, ni tenían documentos legales de custodia de Jeison, Tilcia y Belcy aseguran que cuidaron, alimentaron, bañaron, acompañaron y sobre todo le dieron amor a ese niño.
Las dos desmienten que el niño estuviera abandonado y menos que presentará todas las cosas que indica la profesional del Hospital.
“Eso es falso, puesto que en la historia clínica del Hospital Local, nunca indicó que presentará esas condiciones de heridas e infecciones; todo empezó porque mi hermano por la edad de mi mamá, no quería que cuidara más de Jeison y reabrió un caso en Comisaría de Familia, que tenían desde el 2011; con la intención de que el niño fuera llevado al ICBF, donde pudiera tener cuidados como terapias, operaciones para poder caminar y quizás llegar a hablar; pues él dependía de otra persona”, dice Belcy.
La mujer rechazó la acción de las autoridades: “La Comisaria me dijo que el presentaba una desnutrición y eso ha sido constante de él, pero Jeison estaba bien alimentado, estaba bien vestido, tenía su pañal, yo misma lo dejé cambiado el día que se lo llevaron… Las convulsiones era su diario vivir y el tema de desnutrición se debe a su condición de discapacidad, pero jamás una ulcera y menos infecciones, el no llevaba eso en ninguna parte del cuerpo, tampoco fiebre”
Belcy dijo que solo su mamá antes de viajar a Puerto López pudo verlo, pero prácticamente ella muy triste dijo que lo tenían dopado y ella preguntaba si le podía dar agua y comida y nunca le permitieron, solo le tenían una sonda en el cuello, donde lo alimentaban con suero.
Entierro a las carreras
“Me enteré el domingo 25, a las 10:30 am de la muerte de Jeison por mi hermano; me puse a buscar números para que lo trajeran a Tauramena, porque lo estaban velando en la Funeraria de la Paz; como pude logré que me lo trasladaran para aquí el día lunes, rogándole al defensor (un doctor Tomás), quien vino en compañía de una psicóloga; nos tocó pagar un excedente de $200 mil a la funeraria, pero a pesar de suplicarle al Doctor Tomas que lo dejará más tiempo, porque mi mamá no había llegado, su respuesta fue que no podía pasarse de las tres de la tarde el entierro, que con esa condición lo había traído aquí, que eso era un acto de caridad que él había hecho conmigo”, dijo Belcy.
Esta familia a parte de no poder ver durante un mes y ocho días al niño mientras duró hospitalizado, porque tenían restricción del ICBF, no conocen si a él se le hizo la necropsia para saber motivos de su muerte, lo único que supieron es que el menor presentó aumento de convulsiones durante los últimos 8 días.
“La verdad yo digo, si Jeison hubiera estado acá, al cuidado de mi mamá, o donde se le hubiera prestado mayor atención, seguro estuviera vivo; quiero que se investigue, que se investigue hasta lo último el motivo de su muerte, porque la verdad no me parece una casualidad este asunto: tan raro que a Jeison lo quiten ese 18 de enero y nos lo entreguen después de un mes y ocho días en un cajón”, dijo Belcy en medio de la tristeza.
EL NUEVO ORIENTE buscó a la Comisaría de Familia de Tauramena quien dijo que ese caso fue remitido a la Zonal del ICBF de Yopal, por lo tanto, no podía dar información al respecto.
Jenny Griselda Rincón, Directora Regional del ICBF en Casanare, dijo sobre el caso que “apenas estaba llegando de vacaciones y no estaba muy enterada”; además, reclamó el interés en este caso, y dijo en tono fulminante: “Martín, no sea mediático… además, con una entrevista usted no va a resucitar al niño”.
Se negaron a entregar información y a través de la Oficina de Prensa prometieron enviar teléfonos de funcionarios en Bogotá para que se refirieran al caso, situación que nunca ocurrió.
La muerte de Jaison, puede quedar impune. Al igual que la conducta del ICBF.
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