La Unidad para las Víctimas acompañó la jornada de conmemoración realizada en Chámeza para elevar un mensaje de reconciliación y la defensa de la vida y la paz.
En el marco de la conmemoración del día del desaparecido y teniendo en cuenta el Acuerdo Municipal 012 de 2006, los habitantes de este municipio celebraron el Día de la Vida y la Paz con varias actividades realizadas en escenarios deportivos y culturales.
Carlos Arturo Pardo Alezones, director territorial para el Meta y Llanos Orientales, se refirió a la importancia de la conmemoración: “A través de estos actos conmemorativos se busca sensibilizar y brindar a la población víctima las medidas de satisfacción que permitan sanar de algún modo el dolor vivido por el conflicto. Nuestro equipo de trabajo psicosocial en Casanare se encuentra presto a brindar este acompañamiento”.
La jornada inició con un ciclo paseo y diversos juegos como parqués, ajedrez, trompo, carrera de encostalados, canicas y golosa, en los cuales se destacó la participación masiva de los chamezanos.
De igual manera, se rindió homenaje a las víctimas de desaparición forzada y a sus familiares a través actos solemnes como un minuto de silencio, la entrega de una ofrenda floral al representante de la Mesa de Participación Efectiva de Víctimas municipal y la presentación de varias danzas típicas.
Orlando Chacón, asistente a la jornada, resaltó la participación masiva y el trabajo en conjunto de las entidades estatales, las organizaciones civiles y la comunidad en general.
“Esta es una conmemoración muy bonita donde participan los adultos; acá podemos resaltar el trabajo que hacemos los habitantes que sufrimos el rigor de la guerra. En este pueblo ya estamos en paz y seguiremos en paz gracias a Dios, por eso hay que agradecerle a las entidades que hicieron posible esta jornada”, indicó.
Las actividades fueron lideradas y coordinadas por el Comité de Impulso de Chámeza, la Mesa de Participación Efectiva de Víctimas Municipal, la Alcaldía y la Unidad para las Víctimas a través de la profesional de acompañamiento, Carolina Torres y Ezequiel Vargas, de Reparación Colectiva