Durante los últimos meses en el departamento de Casanare se han venido destruyendo laboratorios para el procesamiento de base de coca, los municipios en donde se han dado esas destrucciones son Monterrey y Orocué, aunado a ello, el incremento del consumo de alucinógenos en el departamento ha sido vertiginoso, al punto que la problemática se da en los 19 municipios, con el agravante de que bandas organizadas se pelean el control de la distribución de los alcaloides.
Lo paradójico de esta situación es que según la más reciente publicación del monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, (publicada en septiembre de 2018) da a conocer que en la Orinoquia colombiana, el departamento de Casanare no presenta cultivos de coca en su territorio, y que son los departamentos de Meta, Vichada y Arauca los que más presentan cultivos ilícitos en esta región del país.
Con base en la publicación de la UNODC, se vislumbra el aumento de la producción en la Orinoquia colombiana de la siembre de cultivos ilícitos y la proliferación de laboratorios para el procesamiento de la base de coca, en donde Casanare se ha convertido en epicentro de esa producción, será por eso que según el Banco de la República, en este departamento el despacho de cemento gris es bastante alto, al igual que el mercado de la gasolina, especialmente en sectores rurales de Monterrey, Orocué y Paz de Ariporo.
Sería interesante que las autoridades dieran a conocer como se está enfrentando este fenómeno de producción y consumo de alucinógenos en Casanare, si con las inversiones del fondo de seguridad departamental apuntan a contrarresta el esta problemática que está afectando especialmente a la niñez y juventud, de igual manera deberían dar a conocer que estrategias sociales se están implementando para prevenir el consumo de estas sustancias en el departamento.
