Durante 20 años el departamento de Casanare ha recibido cerca de 18 billones de pesos en regalías petroleras, dichos dineros se suponen era para invertirlos en acueductos, alcantarillados, saneamiento básico, educación y salud, pero aún en este departamento hay lugares en los cuales sus habitantes deben surtirse de agua por medio de carrotanques.
Tal es el caso de las familias de Mata de Limón, vereda de Yopal, a las cuales la cual la oficina de Gestión Del Riesgo de la gobernación de Casanare, varias veces por semana les llevan el preciado líquido por carrotanques, y no por un acueducto digno para esas familias; igual caso sucede con las familias ubicadas en La Pedrera, allí los urbanizadores piratas no les garantizaron el agua y por medio de una acción popular los habitantes lograron que los abastecieran por carrotanques.
En el municipio de Hato Corozal familias de varias veredas lograron que les suministraran el agua no por un acueducto decente, sino por carrotanques, y eso debido a medidas cautelares proferidas por un juez.
Con base a estos ejemplos esos habitantes se preguntan a donde fueron a parar los recursos de las multimillonarias regalías que se le giraban a este departamento, precisamente para construir acueductos dignos para los casanareños, que pasó con esos recursos, como es posible que un departamento con cerca de 444.000 habitantes no haya alcanzado los cerca de 18 billones de regalías para garantizar el derecho fundamental a gozar de agua de calidad; o es que tal vez es más rentable para los gobiernos el negocio del suministro del agua por carrotanques, o es que varios exmandatarios tiene empresas de carrotanques y por ende no les conviene que se construyan acueductos.
Otro de los aspectos que más llama la atención de esta situación, es que la gobernación de Casanare, envía sendos mensajes por medio de redes sociales anunciando la repartición del líquido, con anuncios como este “De gota en gota nos ganamos el cariño de la gente”, con la respectiva imagen del carrotanque entregando el agua en casas humildes; y no se ve por ninguna parte en esas mismas redes el anuncio de que se está contratando el proyecto para la construcción de los acueductos.
Ahora bien, los habitantes de eses veredas casanareñas reciben el agua fruto de decisiones judiciales y no por la voluntad política de los gobernantes de turno, se espera que esos mismos jueces al fallar de fondo las acciones populares ordenen la construcción de los acueductos y de esa manera se acabe de una vez por todas en Casanare, con el rentable negocio de repartir el agua en carrotanques en pleno siglo XXI.