Un nuevo escándalo sacude al Instituto Financiero de Casanare IFC, esta vez por el préstamo de $3.500.000.000, a una empresa de ingeniería civil, la cual, no ha querido pagar sus obligaciones lo que tiene en alerta la estabilidad financiera de dicho ente descentralizado propiedad de la Gobernación de Casanare.
La historia se remonta a principios del año 2017, cuando la empresa MIKONSTRUCCIONES S.A.S, solicitó el crédito al IFC, el cual la junta directiva, presidida por el gobernador de Casanare, autorizó de manera expedita, y le fue desembolsado ágilmente, y hasta la fecha, la beneficiada empresa no volvió al IFC. Al punto, que el IFC presentó la demanda contra dicha empresa ante el Juzgado Segundo Civil del Circuito de Yopal, pero fue inadmitida el pasado 18 de mayo del presente año.
Lo que llama la atención en este caso, tiene que ver que, cuando se acerca un campesino o pequeño comerciante a solicitar un préstamo les ponen mil problemas para aprobarlo, pero a una robusta empresa, como MIKONSTRUCCIONES S.A.S, basta la llamada desde el despacho del gobernador para que de manera inmediata le desembolsen los recursos.
Frente a esta situación, afloran una serie de interrogantes, como los siguientes: ¿para qué era el préstamo?, ¿quién lo ayudo a agilizar?, ¿los soportes presentados eran reales o maquillados?,¿el préstamo era para ejecutar un contrato de la gobernación de Casanare?, ¿Por qué la gerencia del IFC, recibió llamada del despacho del gobernador para no embargar?, ¿Quién le va a responder al IFC?, ¿hay fiador (codeudor)?, ¿Qué tipo de garantías presentó MIKONSTRUCCIONES S.A.S, para que le dieran el crédito?, ¿Qué dirá la junta directiva del IFC al respecto?, ¿será que el gobernador de Casanare, estaba enterado de este crédito?, ¿será cierto que hubo cerca de CIEN MILLONES de justificaciones para que le dieran el crédito a esa empresa?, ¿se perderán esos millones de pesos?, ¿se quebrará el IFC?.
MIKONSTRUCCIONES S.A.S, se encuentra registrada en la Cámara de Comercio de Bogotá, desde el año 2012.
