El pasado 9 de septiembre, a través de una versión voluntaria, rindió interrogatorio ante la Jurisdicción Especial para la Paz el coronel (r) Henry Acosta Pardo, excomandante del Batallón de Infantería número 44 Ramón Nonato Pérez (Birno).
Este alto oficial, quien se encontraba prófugo de la justicia, esperó 13 años para empezar a contar toda la verdad sobre el horror de los ‘falsos positivos’ cometidos en el departamento de Casanare y que dejaron por lo menos 62 víctimas en un solo año.
En su confesión, aseguró que mientras era comandante del batallón se enteró de las ejecuciones extrajudiciales, pero nunca hizo nada, al punto de volverse cómplice e insensible de lo que ocurría en la guarnición militar.
Sigue la W reveló detalles de lo que dijo el oficial en retiro ante la justicia transicional, donde compromete a los generales (r) Mario Montoya y Henry Torres Escalante, además de otros oficiales de menor rango, presuntamente responsables directos de estos asesinatos.
Su declaración comenzó recordando su llegada al Batallón de Infantería número 44 Ramón Nonato Pérez (Birno), en octubre de 2006, en remplazo de un coronel de apellido León, allí fue recibido por el entonces coronel Henry Torres Escalante.
En la diligencia señaló que tan pronto inició sus laborales militares, le exigieron presentar al menos 20 resultados operacionales, es decir 20 supuestas bajas, como lo hizo el coronel León el año anterior. Esa cantidad no solo fue igualada, sino superada. Además, señaló que para esa época el comandante del ejército era el general Mario Montoya, a quien conoció años atrás en la IV Brigada.
De otra parte, señaló que el general Montoya exigía resultados desde que fue comandante de la cuarta brigada del Ejército con sede en Medellín, utilizando frases ya mencionadas en otros procesos.
Continuando con su relato, dijo que tan pronto asumió el cargo (en 2006) pidió resultados operacionales a sus tropas, a cambio de descanso para las fiestas de fin de año y dijo haberse sentido sorprendido de la respuesta positiva de los militares a su mando.
Frente a los resultados manifestó que había mucha presión y que algunos oficiales le tenían temor al general Mario Montoya, hasta el punto de solicitar psicólogos, como le ocurrió al coronel León, que días atrás había remplazado en el batallón Birno.
Acosta consideró ante la JEP que para nadie era un secreto que el general Mario Montoya exigía resultados, supuestamente bajo amenazas, al manifestar que si no había resultados se tenían que ir.
El coronel Henry Acosta también manifestó a la JEP que el 31 de diciembre de 2006 un capitán lo abordó y le dijo que en cuestión de horas se iba a dar un resultado operacional, hecho que levantó todo tipo de sospechas, frente a lo que estaba pasando
Con el tiempo estas ejecuciones extrajudiciales pasaron a ser algo habitual, sin importancia para el confeso oficial y le respondió al magistrado por qué no se atrevió a denunciar en su momento
También confesó que hay muchos casos en esta región del país, cuyos expedientes están archivados y que conoció, por parte del capitán Eduardo Duarte Rojas, quien está postulado en la JEP, como se coordinaba de manera maquiavélica las versiones que se debían rendir ante las autoridades con manipulación de testimonios de quienes cometieron estos asesinatos selectivos.
Otro oficial, el capitán César Augusto Cómbita, le habría explicado cuál era el perfil de las víctimas y cómo eran esos minutos previos al asesinato.
Finalmente, el coronel Henry Acosta pidió la baja y puso fin a su carrera militar porque sabía que todo estaba mal y que tarde o temprano iría a la cárcel.
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