En la visita realizada ayer Casanare por parte del superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, se dieron a conocer la real situación financiera, administrativa y de prestación de servicios por parte de las EPS con presencia en el departamento, la peor librada de fue Coomeva, de la cual le pidieron al super que la liquidará como prestadora de servicios en este departamento.
Con relación a Capresoca, llamó la atención la apreciación del superintendente, en el sentido de que con el plan de salvamento de 75 mil millones de pesos de regalías que la actual administración pretende inyectarle para solucionar su problema de deudas, no serían suficientes, ya que necesitaría otra gruesa suma de dinero para la capitalización de la entidad, con el fin de que se pueda garantizar la normal prestación de los servicios a los afiliados.
Ante el preocupante panorama, el gobernador Salomón Sanabria, planteó la posibilidad de “vender” una parte de Capresoca, siendo los potenciales compradores el Hospital regional de la Orinoquia, Horo, Red Salud Casanare, y la Clínica Casanare, empresas a las cuales la EPS les debe más de 20 mil millones de pesos, con lo cual se fortalecería el músculo financiero de la entidad, y se garantizaría su funcionamiento sin problemas.
De acuerdo a lo mencionado por el gobernador se queda a la espera de que Capresoca termine de conciliar con los acreedores la deuda total, la misma que debe ser validada por la superintendencia, para de esa manera presentar un proyecto de Ordenanza a la Asamblea Departamental, con el fin de que los diputados autoricen al gobierno departamental para vender una fracción de la EPS casanareña.
Frente a este panorama, queda a la espera que de los entes de control determinen quién o quiénes saquearon a Capresoca, cuánto dinero se puede recuperar, o si definitivamente el departamento asumirá el total del déficit, el cual hoy asciende a 85 mil millones de pesos, los cuales corresponden a los 75 mil millones que pagará la actual administración con recursos de regalías, y 10 mil millones que pagó la administración departamental siendo gobernador Nelson Mariño; mientras que los que gerenciaron la empresa incluyendo los agentes interventores designados por la propia Supersalud no responderán por el descalabro financiero de la Caja de Previsión Social de Casanare.