Una verdadera tragedia viene afrontando la ciudad de Yopal debido a la ingobernabilidad por la que atraviesa, ello debido a los cinco alcaldes que han gobernado en estos primeros ocho meses, como también a los cambios de secretarios y gerentes por varios motivos que van desde inhabilidades determinadas por la Procuraduría, como por moción de censura por parte del concejo, se suma a ello las marcadas disputas ente la administración y el concejo municipal, disputas que tiene en estos momentos sin plan de desarrollo y por ende sin armonización presupuestal.
Es precisamente el no contar con presupuesto armonizado ha impedido que la administración este ejecutando proyectos que vayan en beneficio de la ciudad, y con ello dinamicen la economía bien maltrecha por estos días, y que ya han generado protestas de la Cámara de comercio y la asociación de comerciantes.
De igual manera se ha cuestionado mucho la actitud de varios secretarios y otros funcionarios ya que no se les ve compromiso con la ciudad, y están más preocupados por sus intereses personales, como también preocupa la disputa interna entre el movimiento la Bendición e integrantes de una congregación religiosa que llego a la administración a imponer sus puntos de vista.
Lo único cierto y palpable es el aumento de la inseguridad, aumento del microtráfico, los huecos en las vías, la invasión del espacio público, la llegada diaria de habitantes de la calle desde otras ciudades, la proliferación de burdeles en barrios residenciales, la crisis económica acrecentada con la caída del puente sobre el río Charte, la constante peregrinación de los funcionarios de la alcaldía a la cárcel Picota en Bogotá a rendir cuentas, y mientras todo esto sucede, los bancos están felices con la plata del presupuesto municipal en sus cuentas; con todos estos inconvenientes por los que atraviesa Yopal, que los ciudadanos no saben si es una Bendición o una maldición lo que vive la capital departamental.
