En un artículo publicado en la revista DINERO, que circula esta semana, se menciona el crecimiento que los parques de diversiones viene registrando en Colombia, al punto que por la cantidad de visitantes (18 millones de personas al año) lo ubican como el tercer país de la región con más visitantes a parques de diversiones. Mientras que en Yopal, llevamos 17 años construyendo uno denominado “parque de las aguas”, con una inversión que ya bordea los 20 mil millones de pesos, sin que haya sido posible ponerlo a funcionar; desde el 2015 la gobernación de Casanare (dueña de la obra) viene diciendo que se entregará en dos meses.
Según DINERO, los 43 parques de diversiones afiliados a la Asociación Colombiana de Atracciones y Parques de Diversiones, Acolap, han invertido cerca de 40 millones de dólares en el último año, con el fin de brindarle a los visitantes atracciones de última tecnología, como es el caso del parque Piscilago (uno de los 20 parques más visitados del mundo) acaba de inaugurar el tobogán grupal de 180 metros de longitud denominado “Anaconda”, con lo cual esperan seguir cautivando visitantes.
Mientras todas esas noticias positivas de ese sector se dan el país, en Casanare, aún estamos debatiendo quien lo va administrar, de donde van a salir los cerca de 900 millones que hacen falta para la puesta en operación, si la alcaldía de Yopal, lo recibe o no, mientras se ponen de acuerdo en estos aspectos, el parque de las aguas seguirá su veloz carrera a convertirse en un elefante blanco más del zoológico departamental; o será que ¿las administraciones departamental y municipal se ponen de acuerdo antes de que empiece la Ley de garantías, para ponerlo a funcionar?.