Un inusitado aumento de prostíbulos se viene registrando en Yopal, con el común denominador de ubicarse en zonas residenciales en especial en barrios populares de la comuna cinco.
Los prostíbulos que abrieron hace poco sus puertas están ubicados en los barrios Nuevo Hábitat dos y Casimena, en el primero funciona un prostíbulo en una casa de dos pisos la cual está al frente del pozo de agua potable del sector y en el cual se menciona trabajan mujeres venezolanas.
El de Casimena está ubicado en una casa pequeña de un piso cerca al parque del barrio, dicho prostíbulo funciona de igual manera sobre una vía semi-peatonal, a la casa le hicieron unos arreglos que van desde invadir el espacio público (para ubicar las mesas, las neveras para enfriar el licor y la pista de baile), hacia adentro se habilitaron las habitaciones para el servicio y una pista para show de striptease para los clientes especiales que consuman desde aguardiente hasta whisky, ah y toda la casa con el infaltable bombillo rojo.
Los servicios sexuales van desde el tradicional «ratico» por el cual se pagan cincuenta mil pesos, hasta la amanecida la cual va desde las dos de la mañana (hora de cierre del negocio) hasta las 7 de la mañana previa cancelación de 50 mil pesos para la dueña del lugar, aunado a dejar los datos como nombre, número de cédula y celular del cliente para asegurar la seguridad de la mujer.
Lo que llama la atención de estos negocios , es que los mismos están catalogados como de alto impacto y por ende no pueden ubicarse en zonas residenciales, pero al parecer a la Policía (que va mucho por estos lugares a constatar que no hayan líos), poco le importa que no cumplan con la norma, a pesar de que los vecinos de dichos prostíbulos han estado a punto de acudir a la justicia por sus propias manos, ya que se cansaron de interponer las quejas ante el gobierno municipal y otras autoridades, y por ende se preguntan ¿hasta cuándo la justicia actuará ? O ¿será que nos toca vender nuestras casas?.
Finalmente se espera que las autoridades tomen las medidas necesarias que pongan en cintura a la proliferación desordenada de este tipo de negocios, ya que se está llegando al punto de decir que «Yopal se ha convertido en un prostíbulo a cielo abierto».
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