Hace unos días Yopal fue noticia nacional, no por acciones buenas o malas de nuestros dirigentes, o por hechos sobresalientes de sus ciudadanos, o por temas deportivos, nada de eso ocurrió, Yopal fue noticia por una acción terrorista, de la cual hace muchos años no sucedía, el ataque a la base de la fuerza aérea en la capital casanareña, despertó el repudio ciudadano, lo que ameritó un consejo extraordinario de seguridad presidido por el ministro de la defensa nacional, a pesar de que un par de días antes y por llamado del gobernador del departamento Salomón Sanabria, se había celebrado un consejo de seguridad ampliado, que contó con la participación de los 19 alcaldes del departamento, y en el cual las conclusiones no arrojaron un posible ataque terrorista.
Las medidas adoptadas en Yopal tras el ataque terrorista, recomendadas por la fuerza pública, sólo restringen la locomoción de los ciudadanos y la protección de las bases militares, de Policía y fuerza aérea, pero no garantizan la seguridad de los habitantes, lo que lleva a suponer, que lo que esta fallando no son los parrilleros en moto sino la inteligencia de nuestra fuerza pública. Dicho argumento se desprende de las inversiones que por medio de los fondos de seguridad se realizan a la fuerza pública.
En esos fondos de seguridad que salen del porcentaje que se cobra por contratos de obra civil, y en los cuales los comandantes de fuerza tienen mayoría en las decisiones de inversión, se fortalece de todo, menos la inteligencia, es sólo dar un vistazo a las inversiones de los últimos años para concluir que esos dineros son gastados en comprar motos y carros para la fuerza pública (sólo basta por hacer un recorrido por los dos comandos de la Policía en Yopal). O para construir un segundo hangar para la fuerza aérea, o construir un moderno edificio para la Sijin de la Policía, o más cámaras de seguridad que no funcionan, pero menos para invertir en la inteligencia de nuestra fuerza pública.
No creemos que con tantas motos y carros se pueda combatir la delincuencia en el departamento, ¿para que tantos vehículos si no hay suficiente pie de fuerza?, ¿para que un segundo hangar si no son capaces de proteger su propia base?, ¿para que más carros si no pueden patrullar todo el territorio del departamento?, ¿para que más edificios si no pueden garantizar la seguridad y tranquilidad en las comunas de Yopal?, ¿para qué tanto gasto en elementos materiales si les esta fallando la inteligencia?, ¿no se supone que con más inteligencia se le gana más fácil a la delincuencia?. Lo que sucedió en la madrugada del pasado viernes en Yopal no tiene presentación, se supone que esta ciudad es la que más presencia de fuerza pública tiene en la región, ya que contamos con el comando de la Octava división del Ejército, la base de la fuerza aérea de la región, dos comandos de Policía, y una seccional de la Fiscalía, pero a pesar de ello somo más vulnerables que otros municipios con menos presencia de fuerza pública.
Va siendo hora de que las inversiones de los fondos de seguridad se reorienten a sectores que realmente sirvan para mejorar la seguridad en el departamento, no más motos, carros, bahías de entrenamiento militar, y se asignen a garantizarle al ciudadano de a pie su libre derecho a la movilidad, y no a la restricción de transitar por las vías en donde haya destacamentos de fuerza pública, en garantizar que pueden salir a cualquier hora del día o de la noche sin temor a ser atracados, asesinados o ser víctimas de daños colaterales por un ataque terrorista. Esperamos que el consejo de seguridad programado para el 30 de enero próximo de resultados más hacia el beneficio de los ciudadanos y no a restringirles sus derechos, a garantizarles su seguridad y no a que tengan que encerrarse temprano por orden administrativa, y a que los recursos públicos sean invertidos para prevenir los delitos que para poner a la fuerza pública a estrenar carros y motos innecesariamente todos los años. Más inteligencia, menos gasolina.
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