Desde que el alcalde de Yopal, Leonardo Puentes, se posesionó en el cargo se ha visto involucrado en una serie de escándalos que lo han desviado de sus funciones de administrar la ciudad, ello debido a que dichos escándalos tienen que ver en su gran mayoría por la injerencia indebida de sus familiares más cercanos en las decisiones de gobierno al interior de la alcaldía, y lo que ha llevado al cambio de funcionarios cercanos, y en otros casos, por mociones de censura.
Los dos últimos sucesos con secretarios se dieron este fin de semana, el primero de ellos fue la solicitud de la renuncia que le pidieron a la secretaria general Dayana Marín Reina, la funcionaria le pidieron la renuncia por declarar desierta la licitación para la vigilancia de varias dependencias de la administración municipal como por ejemplo la sede de la cuestionada e inerte empresa Ceiba; resulta que la secretaria general evidenció (cosa que no hizo el comité evaluador) que en dicha licitación el ganador no cumplió con un requisito habilitante, como lo es la de presentar una certificación de paz y salvo de la superintendencia de vigilancia, a pesar de esta falla, el comité evaluador calificó como hábil toda la propuesta presentada por el oferente, ante esta situación la encargada de esa cartera decidió mediante acto administrativo motivado declarar como desierta la licitación, lo que desencadenó la furia del alcalde y su familia y decidieron pedirle la renuncia.
El otro caso tiene que ver con el recientemente posesionado secretario de hacienda José Pérez, el cual ha presentado renuncia al cargo ya que no aguanta más las ordenes y presiones de la ex secretaria Nelly Bermúdez, quien en las sombras es la que sigue mandando en esa dependencia a pesar de la moción de censura que la sacó del cargo, las presiones tiene que ver con la forma de distribución del reaforo de recursos que han ingresado al municipio para ser distribuidos en las diferentes dependencias, y la gota que le rebosó la copa al secretario Pérez, tiene que ver con el afán de la exsecretaria de adquirir un nuevo software contable por valor de dos mil millones de pesos, y ante lo cual el secretario se ha opuesto ya que el municipio tiene otras prioridades a cumplir en el plan de desarrollo, aunado a que el municipio tiene deudas muy altas y por lo tanto hay que ser coherentes con los gastos, situación que molestó a la familia del alcalde y por ende se dio el choque de criterios.
Todos estos casos más los que les han precedido tienen un común denominador la presunta injerencia de la familia del alcalde en las decisiones administrativas de la alcaldía, desde el padre, pasando por la mamá, el hermano y la tía política; estos sucesos han diezmado la imagen del burgomaestre, sin contar la cantidad de Desacatos que le han abierto, incluyendo el arresto por 3 días.
Ahora bien, el primero de los problemas fue la renuncia presentada en su momento por la actual secretaria de Acción Social, Betty Becerra, por enfrentamientos con la unidad de contratación de la alcaldía, especialmente con un contrato para el manejo del adulto mayor, para lo cual, a la secretaria no le aceptaron la renuncia y al comité de contratación le hicieron llamado de atención. Luego siguió el caso del secretario de gobierno Diego Cabirrián, el cual venía haciendo un trabajo serio y con resultados pero el cual, estaba ganándole en imagen ante los emdios al alcalde. El otro caso fue la abrupta salida de la jefe de la oficina asesora de planeación Danitza Toca, a la cual por presiones le fue aceptada su renuncia protocolaria (presiones presuntamente de algunos familiares cercanos del alcalde).
Luego se vinieron las conocidas mociones de censura contra los secretario de hacienda Nelly Bermúdez, y obras Guillermo Pérez, mociones que fueron promovidas por la bancada del partido Alianza Verde en el concejo de Yopal, y que generó la sanción contra esos dos concejales con quitarles el derecho a voz y voto en el cabildo.
Ante todas estas situaciones, vale la pena preguntar ¿quién manda en la alcaldía de Yopal?.
