La Procuraduría Regional de Casanare, se ha convertido en un ente al cual los funcionarios públicos ya no le tienen respeto, ello debido tal vez, a los paupérrimos resultados que en materia disciplinaria han dado en el departamento durante los últimos años, y por lo cual, la ciudadanía le ha perdido paulatinamente su confianza, y por eso es común escucharlos decir que “para que interponen quejas en ese organismo, sino va a pasar nada”.
Prueba de lo anterior, es el actuar de la actual secretaría de educación de la gobernación de Casanare, Sandra Patricia Rincón, a la cual, la Procuraduría Regional, le solicitó mediante carta enviada el pasado mes de abril, que “se declará impedida respecto a temas de educación superior que pueda afectar o beneficiar a Unitrópico”, ya que ella había demandado a dicha entidad ante la justiciar; pues bien, la mencionada funcionaria pasó por alto dicha solicitud y decidió a nombre del gobierno departamental, contestar un derecho de petición radicado por la veeduría pro Unitrópico púbica.
En dicha respuesta, la cuestionada secretaria explica la forma en que la administración departamental esta llevando a cabo el proceso para darle cumplimiento a la Ley que autorizó la transformación de Unitrópico en universidad pública, explicaciones que más que tranquilidad, generan zozobra entre los casanareños en torno a los tiempos que se llevará cumplir el sueño de lograr dicha transformación.
Ante esta respuesta por parte de la secretaria de educación departamental, queda en evidencia el poco o nada respeto que se tiene por parte de ella hacía la Procuraduría, y envía un mal mensaje para los demás funcionarios subordinados a ella, ya que si ¿la jefe no cumple, yo por qué debo hacerlo?
Ahora bien, llama la atención el silencio por parte de la oficina de control interno disciplinario de la gobernación, frente a este caso, como también, el silencio del gobernador frente tanto al tema de Unitrópico, como al de la posición de su secretaria de educación. Pero llama más la atención y preocupa, es el poco respeto que inspira la Procuraduría Regional de Casanare.
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