El torneo internacional Cimarroncito, realizado durante el fin de semana en Yopal, además de permitir el lucimiento de los nuevos prospectos de la música llanera, tanto en canto como en baile, en ofrecer una nueva atracción para la ciudad, culminó en medio de inconvenientes de logística con varias delegaciones.
Así le pasó a un grupo de folcloristas venezolanos, que vinieron a participar del evento, con un total de 65 personas en su mayoría menores de edad, los cuales durante su estadía en Yopal, fueron alojados en los salones del colegio la Campiña, en dónde prácticamente dormían en el piso durante tres días, la comida no les fue garantizada por la organización por lo que les tocó pasar un día comiendo pan con agua. E inclusive, las directivas del colegio les prestaron la cocina y les ayudaron a conseguir mercado, lo que les permitió hacer más llevadera la situación.
Tanto los participantes como asistentes al evento, la organización no fue la mejor, la logística no fue clara, el evento se llevó a cabo en varios escenarios, que aumentaban los gastos en transporte para los participantes extranjeros, se recomienda a los organizadores de estos eventos, ser más claros en sus invitaciones, socializar bien el evento, en especial, tratar bien a los turistas.