La jornada de orientación y acompañamiento financiero ‘Proyectándonos’ se ofreció a 27 menores de edad residentes en Monterrey, Tauramena y Maní (Casanare), que cuentan con un encargo fiduciario constituido, una medida de reparación que les garantiza unos recursos económicos para cuando cumplan la mayoría de edad.
A través de música y mensajes reflexivos se orientó a los adolescentes y a sus acudientes para que reconozcan los derechos como menores de edad y como ciudadanos y para que hagan un buen uso de los recursos que recibirán como parte de la reparación que les otorga el Estado.
Carlos Arturo Pardo Alezones, director territorial para el Meta y Llanos Orientales se refirió a la jornada que brindó la Unidad a los menores y a los padres de familia para que adquirieran conocimientos básicos sobre el ahorro y la toma de decisiones financieras acertadas para el futuro.
“Esta actividad hace parte del proceso de reparación integral y es importante que a través de estos espacios ellos reflexionen sobre su futuro y que les brindemos las herramientas para que aprovechen los recursos a los que tienen derecho y tengan las garantías para no volver a sufrir por hechos violentos”, puntualizó Pardo Alezones.
Durante la jornada también se realizó el taller ‘Nuestro cuerpo territorio de derechos’ con los padres, acudientes y menores de edad para que a través de mensajes reflexionaran sobre el respeto por el cuerpo, por las decisiones que toma cada persona y sobre la importancia de amar, perdonar y reconciliarse.
Entre los mensajes que plasmaron sobresalió el de un adolescente asistente a la jornada: “esta época nos está marcando, está dejando huella en nuestra vida…pero somos nosotros quienes decidiremos qué queremos que se quede en nuestra vida y qué queremos que se aleje”.
Por su parte, Armando Vanegas*, padre de dos menores de edad beneficiarios, manifestó que “este tipo de actividades son muy importantes por la orientación sobre el cuerpo humano, la importancia de tomar las mejores decisiones en relación con la inversión adecuada y por la experiencia de intercambiar saberes al compartir con los demás padres de familia”.
Finalmente, los menores recibieron la carta de dignificación y conocieron la oferta institucional para que accedan a los programas.
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